11/5/10

Moda, algunas reflexiones

Es interesante notar como en el ámbito académico/intelectual, abordar temáticas como “fashion” o “moda” puede resultar en miradas de desaprobación, risas burlonas y silencios incómodos, incluso, es bastante difícil encontrar personas genuinamente inteligentes interesadas en el tema, definitivamente las hay, pero su existencia es bastante limitada, y todavía más en Costa Rica.

Al parecer, existe cierto tipo de vergüenza en el preocuparse o incluso en dedicar el más mínimo esfuerzo en querer vestirse bien o incluso conversar acerca de ropa o estéticas. Sin embargo esta percepción no sale de la nada, en un contexto occidental, “fashion” tiene fama de ser un término que remite a lo artificial, a lo pomposo, a la superficialidad, a la ostentación, al culto a las celebridades y a las marcas; lastimosamente esa es la concepción más generalizada que existe. No hay duda de que la industria de la moda tiene sus defectos, pero querer reducir todo un ámbito creativo a ese conjunto de valoraciones negativas es sumamente reduccionista.

¿Porqué es específicamente la moda, y no la arquitectura, el cine, el teatro, la música consideradas superficiales? Por ejemplo ¿la gente deja de escuchar música de calidad solamente porque Lady Gaga está en el tope de las listas de popularidad? No. Y aun así la moda se convierte en el blanco predilecto.

Me parece que una de las principales razones de esta visión parcializada es la falta de conocimientos, para la gran mayoría de personas no hay un marco en el cual sea posible hacer distinciones, y por ende el común denominador entre por ejemplo los diseños conceptuales e innovadores de McQueen y los productos de Dsquared es el precio elevado. Esto es el equivalente a decir que Explosions in the Sky y Nsync son lo mismo porque ambos son grupos de música (!)

Definitivamente existe un sesgo entre la población con respecto a la moda, ya que: moda = materialismo, y por ende alguien que “se tome en serio” nunca degradará su nivel intelectual en cuestiones tan materialistas. A pesar de eso la persona que “no le importa” la forma en que viste, está de todos modos proyectando algo de su atención a su ropa al igual que la persona que “si le importa”, por lo que a final de cuentas el decir que a uno no le importa lo que usa es una frase completamente hipócrita y posiblemente solo en una ínfima minoría de los casos es plausible.

Otro aspecto que potencia esta concepción negativa de la moda es la falta de trabajos académicos serios que la traten como tema de estudio problematizado. Al día de hoy no existe realmente un marco teórico ampliamente disponible que permita la discusión de la moda desde una perspectiva teorizada (por lo que todavía existen debates sobre si es o no es arte por ejemplo). Existen pequeños parches de conocimiento, esto trae como consecuencia que cuando se aborda el tema de la moda no es posible tener una base teórica y los puntos de vista quedan anclados en percepciones subjetivas y consideraciones utilitarias (aspectos que son sumamente importantes pero que son solo una parte de la moneda)

La ropa ha sido por muchos siglos, tanto en Occidente como Oriente, un aspecto de gran significación social, económica y cultural. Definitivamente puede ser un tema de estudio desde la antropología y la historia por nombrar algunas disciplinas. La única forma de revertir estas concepciones reduccionistas es buscar, investigar, leer, enterarse, promover las discusiones, dejar claro en la medida de lo posible que en la moda también podemos encontrar ejemplos extraordinarios de creatividad humana que pueden estimular no sólo el sentido de estética, sino también el intelecto.