1/31/11

AD - F/W 2011

El pasado sábado 22 de enero, Ann Demeulemeester presentó su colección masculina de otoño/invierno 2011 en el histórico Couvent des Cordeliers como parte de la semana de la moda en París, hace un tiempo había posteado una entrada hablando un poco de esta increíble diseñadora belga. La palabra clave aquí es consistencia, Demeulemeester es una diseñadora que desde el principio ha mantenido una visión, una estética de lo que la moda masculina debe ser, ha sabido imprimir su mundo romántico en telas, cortes y paletas oscuras

Algunos de los elementos que más me gustaron son la introducción de colores vivos, las diferentes capas de chalecos, abrigos y sacos que forman en la cintura una silueta bastante original. El calzado siempre resalta, la introducción de las botas de triple cordón principalmente me llamaron la atención. El uso de collares y accesorios con pelo remite a cierto aspecto ecuestre, tal vez una de las tantas inspiraciones de Demeulemeester. Por lo demás, hay estampados que simulan la nieve y la lluvia, y pantalones de cuero y seda escondidos bajo velos de tela semitransparente.

Para ver toda la colección pueden ingresar aquí









1/30/11

Giles Corey

Después de la música, la historia es una de mis pasiones. Para la entrada de hoy me pareció interesante mezclar ambos elementos. Aunque me gustaría expandir algunos de los puntos tratados, no quiero que el texto se vuelva muy denso por lo que la parte histórica está planteada de forma superficial con el fin de dar nada mas una idea del contexto.

La brujería, desde un punto de vista histórico puede ser considerada como un elemento funcional, como un aspecto lógico y real dentro de la sociedad en estudio que sirve para liberar tensión, para explicar las desgracias del día a día. La brujería también opera como una forma de control social, las personas al temer convertirse en brujos(as) o ser acusados de practicar brujería, se adhieren a normas culturales “bien vistas

Los episodios de brujería de Salem en 1692 siguen reflejando, después de 300 años, una turbulencia social difícil de catalogar, difícil de interpretar dentro de canales discursivos racionales, el aura esotérica que rodea a los documentos y la gran parafernalia mental y material que se ha construido alrededor de lo que representó la brujería en la región de Nueva Inglaterra en el siglo XVII siguen vigentes.


En el campo de la historiografía colonial estadounidense, los episodios de Salem han sido ampliamente estudiados, la intriga que despiertan ha permitido la existencia de una cantidad considerable de trabajos académicos con perspectivas contrastantes; y a pesar de que varios historiadores los han expuesto como episodios que no tuvieron la mayor influencia en el desarrollo ideológico, político o eclesiástico de la región, sería imprudente negar el legado que tienen.

Hace ya casi un mes tuve la oportunidad de visitar el hermosísimo pueblo de Salem y es evidente desde el primer momento como la personalidad, la peculiaridad de esta zona está profundamente influenciada por los sucesos que se dieron en ese fatídico año, lo cual hasta cierto punto no es ninguna sorpresa si se considera el gran interés popular hacia el tema de lo esotérico, así como la publicidad que se ha propagado mediante diversos canales.

Resumidamente, en Salem las personas podían ser juzgadas por tres razones, primero por supuestas apariciones espectrales, las cuales implicaban que la persona había hecho un pacto con el diablo permitiéndole a este asumir la apariencia física del acusado con el fin de reclutar otras personas y llevar a cabo acciones viles. Segundo, por actos no espectrales de brujería maléfica, los cuales suponían que el acusado tenía control de las artes oscuras y como tal era capaz de provocar daño a quien quisiera. Tercero, la confesión misma del acusado.

Giles Corey fue un emigrante inglés que se instaló en Salem, para 1659 ya tenía una propiedad considerable y era visto como un granjero exitoso y miembro de la Iglesia. Fue acusado de aparición espectral, siendo uno de los seis hombres ejecutados durante los juicios de 1692, los aspectos de su vida, los cuales incluyen asesinato y la acusación de brujería hacia su propia esposa, así como su relación con los demás personas del pueblo no son tan importantes, tanto como el hecho de que en toda la historia de los Estados Unidos, el ha sido la única persona aplastada hasta su muerte. Esta horrible tortura se convirtió en el destino de Giles Corey al no querer declararse culpable o inocente y al rehusarse a dar palabra en la corte.

En setiembre de 1692, en el campo junto a la cárcel, Giles Corey fue puesto en el piso, tablas de madera fueron colocadas en su cuerpo, y una serie de rocas pesadas fueron dispuestas encima, suficiente peso para producir un dolor indescriptible pero no lo suficiente para matar rápidamente. Dos días pasaron y Corey en una actitud dramática y desafiante nunca confesó, nunca dijo ser culpable o inocente, su estancia estoica es ambigua y no es posible saber con total certeza cuales fueron los motivos que llevaron a un hombre a sufrir una peine forte et dure. Se dice que sus últimas palabras fueron “más peso


Musicalmente, la figura de Giles Corey se ha convertido en una fuente de inspiración para uno de mis músicos favoritos, Dan Barrett, quien ideó a este como el apelativo de su proyecto solista. El disco ha creado una expectativa bastante grande, se prevé que verá la luz en los próximos meses, y yo personalmente no puedo esperar para escucharlo. En las mismas palabras de Barrett este disco representa el fin de un ciclo que comenzó con Deathconciousness, siguió con Nahvalr y finaliza con Giles Corey.

Para aquellos familiarizados con el trabajo de Enemies List, la disquera creada por Barrett, sabrán la increíble cantidad de detalles presentes en sus lanzamientos, principalmente los conceptos detrás de la música y el empaquetado de los discos (tema que merece su propia entrada). Hasta el momento solo hay cinco canciones disponibles para descargar, se distinguen por su tonalidad acústica la cual en ciertos momentos tiene un aire folklórico, la hipnótica e incorpórea voz de Dan acompañada por coros fantasmales y letras sumamente depresivas (por ejemplo en la canción “I´m going to do it” se repite una y otra vez la frase “I'm going to kill myself”)

Giles Corey es mi disco más esperado del 2011.



Fuentes:
-David C. Brown. “The Forfeitures at Salem, 1692” The William and Mary Quarterly, Third Series, Vol. 50, No. 1, Law and Society in Early America (Jan., 1993), pp. 85-111.
-John Demos. “Underlying Themes in the Witchcraft of Seventeenth-Century New England” The American Historical Review, Vol. 75, No. 5 (Jun., 1970), pp. 1311-1326.
-Robert Detweiler. “Shifting Perspectives on the Salem Witches” The History Teacher, Vol. 8, No. 4 (Aug., 1975), pp. 596-610
-Wendel D. Craker. “Spectral Evidence, Non-Spectral Acts of Witchcraft, and Confession at Salem in 1692” The Historical Journal, Vol. 40, No. 2 (Jun., 1997), pp. 331-358
-The Salem witchcraft papers, Volume 1. Electronic Text Center, University of Virginia Library

1/28/11

Mount Kimbie - Crooks & Lovers


El uso creciente de prefijos para catalogar, clasificar y encasillar géneros musicales parece ser ya una tendencia consolidada en el siglo XXI. El prefijo “post”, independientemente del sufijo que anteceda, conlleva en sí mismo una cualidad liberadora. Significa que el género original llegó a un punto en el que había tanta variedad, tantas influencias y tantas ramificaciones, que se hizo imposible mantener la integridad monolítica de este, en otras palabras post-lo.que.sea, es una forma de colocar bajo la misma sombrilla a una multitud diversa que en teoría tiene una raíz que la une, un hilo en común que la conecta ,de una u otra forma ,con una categoría originaria.

El dubstep no se ha escapado a esta propensión, y como consecuencia hemos visto en los últimos años una cantidad considerable de discos bastante interesantes. Sin embargo me pregunto si alguna vez alguien tuvo una idea clara y concisa de lo que significa realmente “dubstep”. Yo personalmente cuando pienso al respecto lo que me imagino es un bajo tambaleante, pulsaciones en la boca del estómago, un sonido que no tendría mucho éxito en los clubs electrónicos tradicionales, atmósferas melancólicas y en general un ritmo que invita, pero que en última instancia, no se presta para bailar. Además de las obvias referencias a la escena inglesa no hay mucho más que decir, el dubstep siempre ha sido un género ambiguo, un gris dentro de la paleta de música electrónica.

Mount Kimbie cae dentro de la clasificación de post-dubstep en una época en la que una gran cantidad de ojos y oídos (incluidos los míos) están pendientes de lo último en este nuevo cuasi género. Comencemos por el principio, Mount Kimbie es un dúo compuesto por Dominic Maker y Kai Campos, ingleses provenientes de la capital inglesa, cuna del sonido en cuestión; pertenecen a Hotflush Recordings, una de las disqueras más prominentes en la escena, y desde el 2009 han venido lanzando una serie de eps y remixes para bandas como The XX.


Crooks & Lovers es su disco debut y sin duda es uno de las mejores producciones del 2010, como siempre yo descubrí esta joya muchos meses después de su lanzamiento, en una de mis habituales rutinas de escuchar discos rezagados del año pasado en búsqueda de aquellas obras que “me había perdido”. Musicalmente C&L es una de las experiencias más refrescantes que he escuchado en mucho tiempo.

En los primeros segundos de “Tunnelvision” nos vemos bienvenidos por una guitarra acústica, sonidos de niños jugando y fragmentos de voces cantando lo que parece una pieza de r´n´b. “Would Know” mantiene ese estilo de fragmentación vocal, lo que se escucha son meras sílabas, pero dentro del mundo de Mount Kimbie no es necesario entender lo que se está diciendo, las voces se mezclan con los beats y su carácter orgánico complementa los sonidos del sintetizador y la computadora. “Before I Move Off" es una de mis canciones favoritas en todo el disco, tiene una melodía que funciona mediante la incorporación de diferentes texturas que se entrecruzan, las vocales con su naturaleza pop son la perfecta adición al ritmo tambaleante, por un momento suena como la contraparte positiva de la nostalgia de Burial.

Blind Night Errand” tiene un sonido dubstep “tradicional” más notable mientras que “Adriatic” funciona como un breve y efectivo interlude que le da paso a la segunda mitad del disco. “Carbonated” es otra de las piezas claves del álbum y en sus 4:18 minutos logra ser la canción más larga, nuevamente el bajo tambaleante se hace presente, esta vez acompañado por un eco incorpóreo, el sonido de lluvia, una tonalidad techno y unas voces femeninas que son como recuerdos de viejas conversaciones, se pierden, vuelan y se entremezclan con la música. Junto con “Carbonated”; “Ruby”, “Ode To Bear”, “Field “y “Major” son las canciones más fuertes, con esto no quiero decir que la primera mitad del disco sea inferior, es preferible verlo como una totalidad.

Crooks & Lovers es un disco compuesto de fragmentos que en teoría serían dicotómicos, pero una vez puestos a trabajar en conjunto funcionan extraordinariamente. Es posible encontrar momentos de ambient, de dubstep, de post rock, de techno, de indie rock, de pop y de r´n´b. Mount Kimbie se apoya en elementos incorpóreos, en vocales desprendidas, en ritmos y tonos cambiantes, en detalles mundanos como voces, ecos y silbidos; en texturas fragmentadas, en loops pasados por filtros peculiares, en sensibilidades orgánicas y sintéticas. Es un disco que suena fuera de contexto y no le importa, y tal vez en eso recae su genialidad.

1/25/11

Claro de Luna - Lo Que Ha Sido Y Lo Que Será


En la célebre y clásica novela de Joseph Conrad “Heart Of Darkness” la oscuridad juega un papel esencial como escenario implícito en el cual se desarrolla la historia. Esta oscuridad es multidimensional, se puede encontrar físicamente en la naturaleza y al mismo tiempo dentro del corazón del ser humano; si bien esta condición puede llegar a ser intimidante, el protagonista logra encontrar momentos de belleza e iluminación de la forma más inesperada.

De la misma manera, dentro del amplio rango de subjetividades que caracterizan al “rock instrumental”, podemos encontrar esa dualidad de belleza y oscuridad en infinitas variaciones. Tal vez una de las grandes particularidades que existe al hacer una reseña de un disco instrumental es el hecho de que, en una primera instancia el mensaje, o el concepto detrás de la música, no es transmitido de forma directa, no hay letras que den un norte con respecto a las intenciones del artista.

Esto provoca que exista un gran margen para interpretaciones, puede que para una persona una canción suene al himno del positivismo mientras que para otra sea una reminiscencia increíblemente nostálgica. Con esto no quiero decir que sea imposible tener una idea a priori acerca de cómo va a sonar un disco instrumental, pero ese elemento de sorpresa, de ambigüedad y de incertidumbre en la primera, y subsecuentes escuchadas, es una de las razones por la cual siempre me he sentido atraído a este tipo de música, nunca es blanco o negro, sino que predomina una paleta inagotable de tonalidades, y estas cambian con el tiempo.

Ahora usted lector, sí usted, mire por un momento la portada del disco de Claro de Luna, y solo por un momento trate de imaginar cómo sería levantarse de un sueño y encontrarse ahí. ¿Cómo se sentiría? ¿Confundido? ¿Inseguro? ¿Qué clase de pensamientos correrían por su mente al encontrarse en ese ambiente celestial, tomando una inusual conciencia de los latidos de su corazón? Yo personalmente he practicado este ejercicio con resultados variantes y lo que he descubierto es que la foto nunca se queda en un solo lugar, sin escuchar la música que la acompaña puede parecer un paisaje apacible, presione play y la foto se transforma, por momentos el panorama celestial da paso a una tormenta que se avecina. La luz cada vez más distante parece esfumarse dentro de la nubosidad, pero nunca se va del todo. Cuando la música de Claro de Luna invade mis audífonos, mis alrededores también se transforman; la oscuridad y la belleza se turnan, creando momentos de tranquilidad y de tensión. Esta es una característica que funciona con una lógica parecida a la que mantiene a los thrillers cosechando éxitos en las salas de cine.

Claro de Luna es uno de los proyectos musicales de José Acuña, quien desde el 2010 ha venido lanzando una serie de discos de drone experimental bajo el apelativo de EUS, a excepción del debut de EUS (Última Inhalación) el cual todavía mantenía reminiscencias de post rock. Con el fin de evitar confusiones, José decidió crear Claro de Luna para darle rienda suelta a las composiciones de carácter más rockero, dejando a EUS exclusivamente como un catalizador de esos bellos sonidos que, para el escucha promedio, no parecen ir a ninguna parte.

Musicalmente Claro de Luna expone claramente una serie bastante amplia de influencias, se puede encontrar un poco de ese sonido característico que se ha venido desarrollando en el post rock desde el 2004, el cual se distingue por canciones más cortas, uso protagónico de la guitarra, inclusión de sonidos que remiten a la naturaleza, crescendos que van al grano y en general la presencia de un positivismo más palpable. También se evidencia una fuerte presencia de elementos ambient, me atrevería a decir, bajo la tutela de la ya consolidada escuela de Hammock; la inclusión de vocales es un punto focal que lleva a canciones como “Luces en el Cielo” y “Perpetuo” a otro nivel. El rock progresivo se hace presente de maneras más sutiles.

Este equilibrio entre melodía y ambiente permite que el disco sea disfrutable en diversos niveles, a pesar la sensibilidad estética que, como goma, une a todas las canciones, hay momentos de verdadera individualidad, evidencia de la capacidad de Claro de Luna para aventurarse en otros modos de expresión (ejemplo de esto son los primeros segundos de “Luces en el Cielo” los cuales no sonarían fuera de lugar en un disco de shoegaze contemporáneo).

Una trampa en la que caen muchos músicos que utilizan drum machine es la incapacidad de darse cuenta cuando se sobre utiliza, o más bien, se abusa de este recurso, lo que desemboca en canciones repetitivas. Con Claro de Luna este recurso se emplea de forma aguda para enfatizar momentos clave, los clímax no son un fin en sí mismo sino facetas de la música que permiten intensificar el mensaje. Incluso canciones como “2.1” e “Irse” no tiene el más mínimo rastro de batería, y eso no impide que se acoplen perfectamente con la estética del disco.

Existen ciertos puntos en los que se podría mejorar, primero el largo de las canciones; este es un aspecto de doble filo, por un lado tener canciones cortas puede ser considerado como un plus para muchas personas que buscan algo “temporalmente” digerible, sin embargo desde mi perspectiva y gusto, en un par de canciones siento que la energía viene, se desarrolla y se va muy rápido, como si tuviera prisa para terminar ya, por lo que sería importante tal vez crear más expectativa, por algo “Un Paso en el Aire” es una de las mejores canciones en todo el disco, esta es solo una observación, en general me parece que el largo de las canciones es adecuado. La inclusión de “field recordings” (como los pájaros en “Luces en el Cielo”) le agregan muchísimo a la experiencia sonora, por lo que sería muy interesante hacer un uso más amplio de este recurso. Por lo demás, el orden las canciones está muy bien pensado y no cambiaría el lugar de ninguna.

En conclusión, “Lo Que Ha Sido Y Lo Que Será” es un esfuerzo sólido que denota un anhelo por experimentar dentro de un género que a nivel nacional ha sido relativamente poco explorado. Es un disco accesible pero que demanda un grado de atención activo, hay gran cantidad de detalles que se perderían en una escuchada superficial. Claro de Luna juega con la belleza y la oscuridad e incluso con un concepto acerca del ciclo de la vida, el pasado, el futuro y las experiencias que forman al ser humano. Pero está en las manos del oyente el darle su propia interpretación, y tal vez esa elusiva luz en la portada evoque algo de esperanza para un mejor porvenir.