Hendrik Weber entra al escenario, usa una
limpia camisa blanca, clínica, un delantal que más bien parece una gabardina, el escenario de momento se transforma en un laboratorio, en un
emplazamiento de ciencia y experimentación. Junto a él se encuentran otros
individuos vestidos de la misma manera, se ubican en diferentes zonas y se
disponen a preparar sus herramientas, sus implementos quirúrgicos del sonido.
De pronto el lugar se ilumina, rayos de luz se contornean entre las grietas. En
un ambiente tan controlado la luz adquiere significados más profundos, y la
constitución de sus partes se vuelve más importante que el todo; la longitud de
onda, la partícula, el fotón…nada escapa a las manos incisivas de Weber y sus
ayudantes.
Elements of Light es la nueva producción de
Weber, también conocido como Pantha du Prince; en esta ocasión se hace
acompañar de un conjunto de músicos denominado bajo el apelativo de The Bell Laboratory.
Hace un tiempo hice una reseña sobre la última producción de Pantha du Prince,
Black Noise. En esa ocasión hice énfasis en la maravillosa habilidad de Weber
para mezclar el mundo orgánico con el mundo electrónico. Lo que no mencioné esa
vez fue el uso extendido que Weber hacía de las campanas en varias de las
canciones, el asomo tímido de estos instrumentos a lo largo de Black Noise fue
uno de los aspectos que catapultó a Weber a convertirse en uno de los
productores de techno minimalista más identificable e influyente de los últimos
años.
En
esta nueva producción las campanas son el punto focal de las composiciones ¿Campanas?
¿Quién se lo hubiera esperado? Según parece, nadie, sin embargo el resultado es
una agradable sorpresa que invita a ser
explorada con más profundidad.
Las
campanas son un instrumento que usualmente no tiene protagonismo dentro de la
música electrónica, no obstante por sí solas presentan un concepto interesante.
Además del amplio rango de tonalidades que pueden obtenerse de sus golpeteos,
también cuentan con una narrativa que ensancha su atractivo, es común que se
encuentren en lugares que denotan autoridad u orgullo cívico, iglesias, edificios
municipales, en la cumbre de las torres; su sonido invita a la congregación,
puede ser señal de alerta y, en el más mundano
de los casos, proporciona el ritmo que marca el paso del tiempo en las
ciudades y pueblos.
En
Elements of Light, Weber y compañía hacen uso del carillón, un instrumento compuesto
de 50 campanas de bronce cuyo peso es de 3 toneladas, convirtiéndolo en el más
pesado del mundo, con su origen en la Europa del siglo XV, este mamut sónico es
operado por cables y pedales conectados a palancas y conforma la piedra angular
alrededor de la cual se desarrolla todo el disco. Junto al carillón se pueden
escuchar xilófonos, marimbas, percusiones y los idiosincráticos rebotes
electrónicos de Weber.
El
disco empieza con Wave, tanto la primera como última canción son construidas
exclusivamente a partir de la melodía de campanas, esta pieza introductoria
empieza a dibujar el perfil de las dulces melodías que eventualmente van a
interactuar a lo largo de toda la producción. El eco de cada golpeteo resuena
en los oídos y su intensidad empieza a decaer para darle paso a un sutil murmullo.
Particle
inicia con un rebote de beats que se mezclan imperceptiblemente con la percusión
de las campanas. Esta pieza junto con Spectral Split conforman el corazón del
disco, ambas canciones superan los 10 minutos de duración y a lo largo de su
desarrollo ponen en evidencia la gran habilidad y la destreza técnica de los
músicos. En ocasiones la delicadeza de las melodías pareciera sumamente frágil,
pero el pulso hipnótico de de la marimba, la percusión y los sintetizadores mantiene
todo amarrado; el resultado es un sonido resonante, absorbente y cohesivo.
Una
de las cosas que más admiro de Weber es su capacidad de tomar un concepto que
anteriormente ya había esbozado y reconstruirlo, dándole un nuevo aire,
ampliándolo a niveles inimaginables. Este es un proyecto muy ambicioso, cuyo
producto final termina de cimentar la reputación de Pantha du Prince no solo
como un importante productor de música electrónica de corte experimental, sino
como un verdadero científico del sonido, un explorador de los horizontes sónicos.
Las campanas son sin lugar a dudas un instrumento muy versátil y Weber exprime
su potencial de una manera muy original; es irónico que a pesar de que el carillón
es el instrumento más pesado del mundo, los sonidos que produce sean tan
etéreos, resplandecientes y suaves.