3/3/13

Reflexiones sobre Death In June




Hace unos años mientras hacía mis usuales rondas por varios rincones del internet, me vi envuelto en una discusión inesperada. Era un foro de música y el tema que se estaba tratando era el neo-folk. En esos años yo no conocía mucho sobre el género, por lo que pasé a recomendar uno de los pocos grupos que estaban dentro de mi repertorio: Death In June, días después el debate se había calentado y entre otras cosas, varios foreros me cuestionaban la base moral sobre la cual yo establecía mi recomendación de un grupo que, para ellos, pregonaba la inexistencia del holocausto, celebraba la imaginería nazi y cuyas canciones coqueteaban peligrosamente con temas fascistas y radicales. Quedé impactado con todas esas afirmaciones, primero porque siempre me ha gustado la historia, por lo que los horrores de la segunda guerra mundial y los totalitarismos europeos no me son ajenos, y segundo, fue la primera vez que me cuestioné realmente el vínculo entre política y música.  

Ya de eso han pasado varios años, y no es mi intención aquí debatir acerca de si Death In June es, o no es, un grupo fascista, muchísimos artículos se han escrito al respecto, unos más atinados que otros (recomiendo especialmente leer el libro de Robert Forbes “Misery And Purity” publicado en 1995). Es curioso que a pesar de que haya muchos proyectos musicales envueltos en este tipo de controversias (ver Black Metal Nacional Socialista), Death In June sea el grupo que más reacciones ha despertado. Mi teoría es que las reacciones han sido especialmente fuertes, y en ocasiones poco racionales, debido a que Douglas Pearce y su proyecto musical han sido tremendamente influyentes en el desarrollo de varios géneros, su sombra se extiende más allá de cuestiones musicales y dicha influencia se puede evidenciar es cuestiones estéticas, en temas literarios y en alusiones históricas a lo largo de todo un espectro de artistas. Idealmente la gente critica lo que conoce, y al ser Death In June el grupo de neo-folk más reconocible, las críticas suelen concentrarse ahí. 

La primera vez que escuché DIJ yo estaba en el colegio, había conseguido el disco “Rose Clouds of Holocaust” y me había enamorado de la simpleza y serenidad con la que Douglas entonaba sus canciones con la guitarra acústica como base. Con el tiempo fui descubriendo los trabajos pasados y empecé a tomarle el gusto a los temas más oscuros e industriales, la batería estilo militar, la mezcla de punk con guitarras limpias, y sintetizadores de los cuáles emanaban sonidos de otra época. También tomé interés por la estética con la que trabajaba DIJ, las máscaras, los uniformes militares, las navajas, los símbolos, las referencias literarias, el concepto detrás de cada uno de los discos; en resumen, DIJ ha sido para mí mucho más que un grupo de música, es toda una experiencia y descubrir los pequeños detalles escondidos en su arte es algo que me ha apasionado por mucho tiempo. 



No lo voy a negar, existen muchos indicadores de una disposición siniestra en la música e imagen de Death In June. Por ejemplo, los uniformes que por mucho tiempo han usado Douglas y compañía cuando se presentan en vivo; camisa blanca de manga corta, corbata negra, puñales en las caderas, eso fue explicado por Douglas como una forma de fetichismo, el atractivo que provoca un uniforme, la tensión erótica y sexual interconectada con nociones de poder. Además de que el uniforme da un sentido de control, disciplina y dignidad al cuerpo. Otro ejemplo son las máscaras, para Pearce el producto es más importante que la promoción de egos o personalidades, los símbolos juegan un papel más sugestivo en el mundo de DIJ que una simple foto. Uno de los indicadores que más polémica ha causado es el origen del nombre; la noche de los cuchillos largos en junio de 1934 marca el momento cuando la Sturmabteilung (SA) fue desmembrada por Hitler, Douglas ha expresado en entrevistas el interés que despierta en él esta rama militar de las fuerzas hitlerianas.

Qué tan inmerso está Douglas Pearce en la ideología fascista es una cuestión que sigue provocando acusaciones en el presente y posiblemente lo siga haciendo en el futuro, una de las características del arte es su capacidad de hacernos pensar, cuando dejamos de cuestionarnos las cosas entonces el arte muerte, por ende, en mi opinión sigue siendo relevante hacernos estas preguntas. 

Cuando fui cuestionado en el foro musical no supe qué responder, me vi obligado a guardar silencio e investigar por mí mismo. DIJ sigue siendo uno de mis grupos favoritos, y sentí que debía escribir esto porque por mucho tiempo he sentido un cierto anhelo de expresar lo que mi adolescente no pudo años atrás. En mi opinión, esa disposición siniestra que muchos critican en DIJ no es más que uno de los elementos que componen el mundo narrativo de Douglas Pearce. Algunos dicen que es una simple estrategia mercadotécnica para atraer ventas y mantener la atención de las personas, otros lo conceptualizan como un simple fetiche sexual de un hombre gay por la imagen masculina y militar, incluso hay quienes establecen que los roces con la temática fascista es una forma que tiene Douglas para criticar de manera subversiva y confusa a esas mismas ideologías. Puede que todos tengan algún grado de verdad, no lo sé.



Ya que mi arte consiste en explotar el mal, puesto que soy poeta, a nadie puede asombrarle que me ocupe de tales cosas, de los conflictos que caracterizan la más patética de las épocas. El poeta se ocupa del mal. Su papel consiste en ver la belleza que en él reside, sacarla de allí (¿o colocar la que él desea, por orgullo?) y utilizarla. El error le interesa al poeta, puesto que sólo el error muestra la verdad. Repito aquí que el poeta es asocial (aparentemente), canta los errores, los hechiza luego para que se pongan al servicio de la belleza del día de mañana – o para que sean esa belleza-. La definición usual del mal me invita a creer que no es más que el residuo de Dios. La poesía o el arte de utilizar los restos. De utilizar la mierda y de conseguir que los demás se la coman -  Jean Genet

Jean Genet es una figura fundamental dentro del universo de Death In June, su imagen se puede observar en la portada del disco “Wall Of Sacrifice”, la canción “Death Of a Man” fue escrita en el momento en que Genet murió, y en varias letras se puede apreciar la influencia literaria del escritor francés. La anterior cita, tomada de Pompas Fúnebres, encapsula lo que opino sobre la narrativa de Death In June. Siento que sería un error delimitar los recursos de los que puede hacer uso un artista para expresarse, la necesidad de ser políticamente correcto lleva consigo muchas desventajas, no es un secreto que los elementos subversivos en el arte son usualmente los que tienen un mayor impacto, no porque sean polémicos, sino porque tienen un carácter más humano, más contradictorio. En conclusión, no, Death In June no es un grupo que promueva el fascismo, solamente se han  cobijado bajo un velo de misterio, esoterismo y opacidad durante tres décadas.

"When we have each other, we have everything"