7/10/11

Mihai Edrisch - Un Jour Sans Lendemain

"roi d'un paradis toujours un peu trop lointain"


Para el buen observador, será evidente que el título de este disco es el mismo que el de mi blog, y no es coincidencia ya que en muchos sentidos esta obra maestra de screamo francés ha sido una de mis mayores influencias musicales y personales. El ciclo de la vida es un concepto hartamente usado en las arenas creativas, la vida es la experiencia inmediata de cualquier persona, sin embargo enmarcar esa experiencia en una expresión artística no es tarea fácil, y aunque los intentos abundan, son contadas las veces en donde el resultado final logra con éxito ser un reflejo tangible y coherente de la complejidad humana.

« Je découvre peu à peu le plaisir de la solitude, le parfum des pensées, le goût de la dépendance »

Mihai Edrisch es una banda proveniente de Lyon, su sonido implacable es característico del screamo europeo que emergió con fuerza a inicios del siglo XXI, este fue su segundo y último disco, lanzado en el 2005, un año después el grupo se desintegró y sus integrantes pasaron a formar parte de proyectos como Celeste y Daïtro. A pesar de su corta vida, la sombra de su influencia todavía se dibuja en proyectos contemporáneos, y las letras que mueven la narrativa hacia adelante siguen siendo, desde mi perspectiva, unas de las más majestuosamente negativas de la música en general.

« Je t'en prie, laisse moi mourir s'il te plait, je t'en supplie, laisse moi mourir en paix »

Un Jour Sans Lendemain es un disco de emociones fuertes, directas y sin compromisos, los intensos sentimientos crecen dramáticamente en tamaño en cortos periodos de tiempo; el tempo es caótico y frenético, la Intro, el Interlude y el Outro dan un respiro a la pasión desbordada de los integrantes, los cuales se encuentren en un nivel increíblemente alto de técnica musical, la batería es precisa, las melodías de guitarras son implacables y el bajo es la goma que une al edificio sonoro. El grado de intensidad al que se puede llegar es a veces sobrecogedor, y aunque el oyente no entienda francés los gritos del cantante hablan un idioma de desesperación y esperanza universalmente entendible.

« Chaque jour qui passait le temps se blessait, chaque jour de plus le temps m’achevait, et j’espérais toujours qu’un jour pour moi le temps s’arrêterait »

Conceptualmente el disco se divide en 12 canciones, de las cuales 10 llevan por título verbos infinitivos. Estos verbos reflejan de manera general el ciclo de vida, desde nacer, amar, sufrir hasta finalmente morir; la atmósfera es oscura y la perspectiva es fatalista. Todo empieza con latidos de corazón, el nacimiento de una persona aquí es un evento violento y traumatizante, y los escasos segundos de la Intro nos preparan para el inicio de lo que será un camino lleno de desilusiones, preguntas sin respuesta, negación y esperanza momentánea.

Sería muy fácil decir que es un disco depresivo, una mirada de cerca a las letras da cuenta de que, a pesar de que el protagonista parecer ir cayendo más y más fondo dentro de la oscuridad de sus emociones, parece haber un mínimo de resistencia, la cual eventualmente termina subyugada bajo el peso aplastante del negro manto lívido

« Je cherche mon bonheur, je ne trouve que ce miroir, je n'y trouve que mon malheur »

La portada muestra un árbol con una cuerda colgando de una rama, en el Outro del disco se escucha una leve y nostálgica melodía de piano, se percibe la lluvia caer, el futuro parece incierto, las gotas pasan a un segundo plano y el piano parece traer algo de paz, el viento sopla, se oye el crujir de madera, como si alguien estuviera caminando sobre una silla, en los últimos segundos se escucha un golpe en seco, como si la silla hubiera caído al suelo súbitamente, y luego, silencio.

Comme une dernière image, celle que je veux peut être garder de nous, je serai là, pour toujours, suspendu à tes lèvres »

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